Uno de los desafíos más grandes para los padres tiene que ver con enseñarles a sus hijos todo lo relacionado con escuchar al cuerpo y la alimentación. Lo cierto es que las tendencias modernas siguen inculcando el estilo de vida de las dietas, haciendo que nos distanciemos cada vez más de las señales del cuerpo y de la forma en la que debemos trabajar con él.
Es por eso que muchos padres primerizos quieren inculcarles a sus pequeños todo lo relacionado con el amor hacia el cuerpo de uno, siguiendo con los lineamientos de una alimentación intuitiva y de la realización de ejercicio físico. En consecuencia, en este artículo se detallan algunas ideas sobre cómo aplicar esto en los hijos.
ALIMENTACIÓN INTUITIVA: LA CLAVE PARA PADRES
1. SÉ UN EJEMPLO PARA TUS HIJOS: cuando los padres adoptan una actitud positiva hacia la comida y su propio cuerpo, están transmitiendo mensajes poderosos a sus hijos sobre la importancia de cuidar y respetar su bienestar físico y emocional. Esto implica no solo las elecciones alimenticias, sino también la forma en que se expresan sobre sus cuerpos y la relación que tienen con la comida. Los niños absorben estas actitudes y comportamientos, estableciendo patrones que pueden influir en sus hábitos alimenticios y su autoimagen a lo largo de la vida.
2. AYUDAR A CONECTAR CON EL CUERPO: fomentar la conexión con el cuerpo implica enseñar a los niños a sintonizar con las señales que su organismo les envía, como el hambre y la saciedad. Esta conciencia les permite alimentarse de manera intuitiva, respondiendo a las necesidades reales de su cuerpo en lugar de comer por razones emocionales o externas. La práctica de la alimentación consciente puede cultivar una relación más saludable con la comida.
3. BASTA DE DEMONIZAR ALIMENTOS: evitar etiquetar los alimentos como “buenos” o “malos” es esencial para cultivar una relación equilibrada con la comida. Estas etiquetas pueden contribuir a la formación de asociaciones emocionales negativas con ciertos alimentos y, en última instancia, fomentar comportamientos restrictivos o indulgentes. Se puede enseñar a los niños a ver la comida como combustible para el cuerpo, destacando la importancia de una dieta variada y equilibrada.
4. AUTOACEPTACIÓN: la autoaceptación va más allá de la apariencia física; implica enseñar a los niños a valorar y respetar sus cuerpos por lo que son y por lo que pueden hacer. Promover la diversidad de formas y tamaños corporales ayuda a los niños a comprender que la valía de una persona no está determinada por su aspecto externo. Fomentar una imagen corporal positiva desde una edad temprana contribuye al desarrollo de una autoestima sólida y duradera.
Estos cuatro consejos pueden ser de gran ayuda para comenzar a inculcar una alimentación consciente en los más chiquitos. Hacerlo puede traer grandes beneficios para su adultez, ya que reconocen las señales de su cuerpo y se vuelven mucho más adaptables la hora de atravesar cambios físicos grandes.