a Programación Neurolingüística, o PNL, es una estrategia que fortalece la autoconfianza en los niños, fomenta la gestión emocional y enriquece el aprendizaje desde edades tempranas. Se trata de poder comprender la importancia que tiene la lingüística en la configuración del cerebro para entender cómo nuestros pensamientos se crean y configuran.
El PNL se trata de brindar estrategias y herramientas para que los niños en edad de aprender a hablar lo hagan comprendiendo el peso que tienen las palabras, para que su mente se configure de manera tal que puedan tener mayor autoestima y autoconfianza. Eso será de gran ayuda para ellos a la hora de crecer y resolver sus problemas en la adultez.
ESTRATEGIAS DE PNL PARA NIÑOS
Hay muchas técnicas de PNL que se pueden aplicar en los pequeños que están creciendo, para no dejar pasar la época en la que su cerebro está más maleable y es más propenso a ir adquiriendo diferentes tipos de conocimiento. Sin embargo, la más usada por las especialistas son las siguientes tres:
a. Lenguaje asertivo: usar el “no” para guiar a los niños o darles una instrucción determinada no es una buena idea. Adoptar un lenguaje con afirmaciones positivas contribuye a que reciban mejor el mensaje y actúen también mejor en consecuencia. El lenguaje asertivo se enfoca en comunicar de manera clara y directa lo que se quiere expresar, sin generar conflictos ni afectar la autoestima del niño. Por ejemplo, en lugar de decir “Vas a desaprobar porque no estudias nada”, sería más adecuado cambiarlo por “Si estudias mucho y te esfuerzas, conseguirás buenos resultados”. De esta manera, se resalta la importancia del esfuerzo y se motiva al niño a alcanzar sus metas mediante acciones positivas.
b. Anclaje: se vincula un estímulo a un estado emocional para conseguir un feedback más positivo en los niños. En el PNL, este proceso se basa en asociar una sensación, imagen o palabra con un estado emocional deseado, de manera que cuando se presente el estímulo, se active automáticamente el estado emocional asociado. Por ejemplo, brindarles un amuleto de la suerte para un examen o para enfrentar una situación que les resulta difícil. De esta forma, al tener consigo este objeto, los niños pueden sentir más seguridad en sí mismos y sentirse más capaces de afrontar el reto con confianza y determinación.
c. Calibración: se basa en la observación del lenguaje verbal y no verbal para conocer diferentes estados mentales. A través de la observación de las señales que se transmiten mediante el habla, los movimientos corporales, las expresiones faciales, la postura y la respiración, es posible identificar los estados mentales de una persona. Esta información permite establecer objetivos y estrategias para conseguir un cambio positivo en la persona, ya que se pueden adaptar las intervenciones según las necesidades y el estado emocional del niño. La calibración ayuda a entender mejor a los niños y a establecer una comunicación más efectiva y empática con ellos.
