La piel de los bebés requiere cuidados especiales debido a su inmadurez y sensibilidad. Algunas características son:
- Propensa a erupciones: La piel del bebé tiene un pH más alto y es más susceptible a irritantes como secreciones, orina y suciedad. Se recomienda usar productos con pH adecuado a su piel y mantenerla limpia y libre de irritantes como secreciones nasales, orina, saliva, suciedad etc. Se recomienda que al bañarlos sean con productos suaves e hipoalergénicos, al igual que el lavado de su ropa.
- Delgada y sensible: La piel de los recién nacidos es fina y delicada, lo que la hace más propensa a la irritación y la dermatitis.
- No es necesario bañarlos con frecuencia: La piel del bebé tiene mayor cantidad de agua y no necesita bañarse con tanta frecuencia como los adultos. Se recomiendan alrededor de 3 baños por semana durante el primer año de vida, para evitar resecarla en exceso. Si está muy seca, se aconseja aplicar crema humectante hipoalergénica, sin fragancias ni alcohol, y esparcir con leves masajes y caricias.
- Mayor riesgo de quemaduras solares: La piel del bebé tarda en desarrollar su protección natural y es más susceptible a las quemaduras solares. Se recomienda evitar la exposición directa al sol en los primeros 6 meses y utilizar protectores solares físicos.Por otra parte, se prefieren los protectores solares físicos por sobre los químicos, debido a su poco poder de absorción y a su gran capacidad para mantenerse sobre la superficie de la piel.
- Estimulación de oxitocina con las caricias: El contacto físico, como los masajes y las caricias, estimula la liberación de oxitocina, lo que fortalece el vínculo emocional entre el bebé y los adultos.
Es importante tener cuidados específicos de higiene, humectación y protección para la piel del bebé, ya que su barrera protectora natural no está completamente desarrollada. Se recomienda evitar la exposición solar directa y elegir adecuadamente los productos para el cuidado de la piel.