Agua: a qué pueden empezar a consumirla los bebés

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La introducción de agua en la dieta de un bebé es un tema que genera mucha curiosidad y preguntas entre los padres. A medida que los bebés crecen, se vuelve importante saber cuándo y cómo introducir el agua en su alimentación para asegurarse de que estén recibiendo la cantidad adecuada de líquidos sin afectar su salud. El proceso de transición de la leche materna o fórmula a otros líquidos puede ser confuso, especialmente porque los bebés recién nacidos tienen necesidades nutricionales muy específicas. Es crucial saber a qué edad los bebés pueden empezar a tomar agua, cómo hacerlo de manera segura y cómo complementar su alimentación para garantizar un desarrollo saludable.

CUANDO DARLE AGUA A TUS BEBES

La hidratación es fundamental para el bienestar de cualquier persona, y los bebés no son una excepción. Es esencial para mantener el equilibrio de los líquidos en el cuerpo, facilitar la digestión, regular la temperatura corporal, ayudar al funcionamiento de los riñones y eliminar toxinas. Sin embargo, los bebés no requieren en la misma cantidad ni en la misma forma que los adultos. Durante los primeros meses de vida, su principal fuente de hidratación es la leche materna o la fórmula, que ya contiene la cantidad necesaria de líquidos para mantenerlos bien hidratados. Por eso, la pregunta de cuándo introducirla en su dieta debe considerarse cuidadosamente.

Los expertos en salud infantil recomiendan que los bebés sean alimentados exclusivamente con leche materna o fórmula hasta los 6 meses de edad. Esto se debe a que, durante este período, la leche proporciona todos los nutrientes y líquidos que el bebé necesita para crecer y desarrollarse. La razón por la cual no se recomienda antes de los 6 meses es que los bebés pequeños tienen un sistema renal inmaduro que aún no está preparado para manejar cantidades adicionales. Además, puede interferir con la absorción de los nutrientes esenciales que proporcionan la leche materna o la fórmula.

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A partir de los 6 meses, los bebés comienzan a explorar una alimentación complementaria, lo que significa que ya pueden empezar a probar otros alimentos además de la leche. Este es el momento adecuado para comenzar a ofrecer agua. Sin embargo, es importante recordar que la introducción del agua no debe reemplazar la leche, que sigue siendo la fuente principal de nutrición hasta que el bebé cumpla al menos un año. A esta edad, el sistema digestivo del bebé ya está lo suficientemente maduro como para manejar el agua de manera segura y no interferir con su capacidad para absorber los nutrientes de la leche.

La cantidad de que se ofrece al bebé debe ser moderada y adaptada a sus necesidades. En un principio, no se necesita más que pequeñas cantidades de agua a lo largo del día, especialmente cuando el bebé empieza a comer alimentos sólidos. Los pediatras generalmente recomiendan que los bebés de 6 a 12 meses reciban alrededor de 30-60 ml de agua al día, dependiendo de su apetito y actividad física. Esta cantidad es suficiente para mantenerlos hidratados sin reemplazar las tomas de leche.

Existen varias formas de ofrecer a un bebé que empieza a tomarla a los 6 meses. Una de las mejores maneras de introducir es usar un vaso o taza con boquilla, en lugar de un biberón. Los expertos sugieren que el uso de biberones a esta edad puede hacer que el bebé dependa demasiado de ellos, lo cual puede afectar su transición a beber de un vaso. Además, beber de un vaso fomenta el desarrollo de los músculos de la boca y la mandíbula, lo que es importante para el habla y la alimentación en el futuro.

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El que se le ofrezca al bebé debe ser agua potable de calidad, preferiblemente hervida si no se tiene acceso a agua de confianza. En general, se recomienda evitar el agua con alto contenido de minerales o agua embotellada que no esté certificada como segura para bebés. También es importante asegurarse de que la temperatura del agua sea adecuada, es decir, ni demasiado caliente ni demasiado fría.

Como mencionamos anteriormente, a los 6 meses de edad, los bebés pueden comenzar a tomar pequeñas cantidades de agua, pero esto debe ser complementario a la leche materna o fórmula, que sigue siendo su principal fuente de hidratación. No se debe ofrecer grandes cantidades de agua en esta etapa, ya que esto puede llenar al bebé y reducir su apetito por la leche, lo cual podría afectar su nutrición.

A medida que el bebé crece y empieza a consumir más alimentos sólidos, su necesidad de agua aumenta. Entre los 7 y 12 meses, el bebé puede necesitar entre 60 y 120 ml de agua al día, pero siempre se debe supervisar la cantidad para no excederse. Es importante recordar que el agua no debe sustituir las tomas de leche, y que las necesidades de hidratación de cada bebé pueden variar.

Dar agua a un bebé antes de los 6 meses puede tener varios efectos negativos. Uno de los principales riesgos es la intoxicación por agua, también conocida como hiponatremia, que ocurre cuando un bebé consume demasiada agua. Esto puede diluir los niveles de sodio en la sangre, lo que provoca una alteración en el equilibrio de los electrolitos y puede causar síntomas como somnolencia, hinchazón o incluso convulsiones en casos graves. Los bebés menores de 6 meses tienen riñones inmaduros que no pueden procesar grandes cantidades de agua, por lo que el riesgo de intoxicación por agua es mayor en esta etapa.

Además, ofrecer agua antes de los 6 meses puede reducir la cantidad de leche que el bebé consume, lo cual puede afectar su ingesta de nutrientes. La leche materna o la fórmula contiene todos los líquidos, calorías y nutrientes que el bebé necesita durante los primeros meses de vida, y el agua no tiene nutrientes esenciales que puedan complementar esta alimentación.

Aunque el agua es esencial para mantener hidratado al bebé, es importante también estar atentos a las señales de deshidratación. Los bebés pueden deshidratarse rápidamente, por lo que es importante reconocer los signos y tomar medidas si es necesario. Los síntomas de deshidratación incluyen:

Boca seca o pegajosa

Menos pañales mojados de lo habitual (más de 6 horas sin un pañal mojado)

Lagrimeo reducido

Irritabilidad o letargo

Fontanela hundida (el área blanda en la parte superior de la cabeza)

Si se observan signos de deshidratación, es importante contactar con un pediatra para que evalúe al bebé y determine la acción adecuada.

La introducción del agua en la dieta de un bebé debe hacerse de manera gradual y cuidadosa, comenzando a partir de los 6 meses de edad, cuando el bebé empieza a comer alimentos sólidos. Aunque el agua es esencial para la salud, no debe reemplazar la leche materna o fórmula en los primeros meses. El agua debe ofrecerse en pequeñas cantidades, utilizando un vaso adecuado para la edad del bebé, y siempre de forma moderada. Supervisar la hidratación del bebé y estar atentos a señales de deshidratación es clave para garantizar su bienestar. Como siempre, si hay alguna duda o preocupación sobre la alimentación y la hidratación del bebé, se recomienda consultar con el pediatra para recibir orientación específica y adecuada.

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