Los berrinches en público son una situación estresante tanto para los padres como para los niños, y suelen ser una de las experiencias más desafiantes de la crianza. A menudo surgen cuando los pequeños se sienten frustrados, sobrecargados de estímulos o incapaces de expresar sus emociones y deseos de manera adecuada. Sin embargo, existen estrategias efectivas para manejar estos episodios sin perder la calma y de una forma que permita al niño aprender a regular sus emociones.
COMO LIDIAR CON LOS BERRINCHES DE TUS HIJOS EN PUBLICO
1. Entender el Origen de los Berrinches
Los berrinches suelen ser una forma de expresión en niños que todavía están desarrollando su habilidad para manejar emociones fuertes, como el enojo o la tristeza. En muchos casos, estos episodios se desencadenan cuando el niño se siente abrumado o no obtiene lo que quiere de inmediato. Los lugares públicos, al ser espacios llenos de estímulos, ruidos y gente, pueden intensificar el malestar en el niño, haciéndolo más propenso a frustrarse.
Es importante recordar que los niños no realizan berrinches con la intención de molestar a sus padres, sino como un reflejo de su lucha por regular sus emociones. Conocer esta realidad ayuda a tener una actitud más empática y menos reactiva en el momento en que ocurre un berrinche.
2. Mantener la Calma y no Tomarlo de Manera Personal
La primera reacción de los padres suele ser de estrés o vergüenza ante la mirada de las personas alrededor. Sin embargo, es fundamental mantener la calma y recordar que la prioridad en ese momento es el bienestar emocional del niño. Mantenerse tranquilo y no actuar impulsivamente es clave para resolver la situación.
Respira profundo, cuenta hasta diez si es necesario y enfócate en el hecho de que este berrinche es una oportunidad para enseñar a tu hijo cómo manejar sus emociones. Responder con calma también envía el mensaje de que la conducta del niño no controla tus emociones, lo cual es una lección valiosa en sí misma.
3. Validar sus Emociones
Una vez que se mantiene la calma, el siguiente paso es validar las emociones del niño. Expresiones como “Sé que estás enojado porque no puedes tener eso ahora” o “Veo que estás frustrado” ayudan a que el niño se sienta comprendido. Al reconocer sus sentimientos, le enseñas que todas las emociones son válidas y que es natural sentir enojo o frustración.
Este tipo de comunicación empática le demuestra al niño que estás dispuesto a escucharlo y entenderlo, lo cual puede reducir la intensidad de sus emociones. Además, aprenderá que expresar sus sentimientos es algo positivo, y que puede confiar en sus padres en momentos difíciles.
4. Ofrecer Opciones y Limitar Decisiones
Los niños suelen responder bien cuando tienen la oportunidad de tomar decisiones, ya que esto les otorga una sensación de control. En lugar de ceder a sus demandas para evitar el berrinche, ofrece opciones que le permitan al niño elegir dentro de un marco que tú establezcas. Por ejemplo, si el berrinche surge porque no puede comprar un juguete, puedes ofrecerle elegir entre quedarse un rato más en la tienda o volver a casa y jugar con sus juguetes favoritos.
Las opciones reducen el conflicto y ayudan a que el niño desvíe su atención del objeto o situación que desencadenó el berrinche. También le enseñan a tomar decisiones dentro de límites, fortaleciendo su capacidad para aceptar situaciones que no siempre son como él desea.
5. Evitar Ceder a Exigencias Irracionales
Cuando un berrinche es motivado por una demanda poco razonable, como pedir un dulce antes de cenar, ceder solo refuerza la idea de que el berrinche es una herramienta efectiva para obtener lo que quiere. En lugar de eso, mantente firme en tu decisión de manera tranquila. La consistencia es clave para enseñar a tu hijo que ciertas normas no cambian.
Es importante ser amable pero firme, explicándole al niño que comprendes su frustración, pero que existen ciertas reglas que no se pueden romper. Al no ceder a los berrinches, el niño aprenderá que esta conducta no cambiará las decisiones de sus padres y que existen límites claros.
6. Desviar la Atención
A veces, la distracción puede ser una herramienta efectiva para redirigir la energía de un berrinche. Puedes intentar cambiar de tema o hacer alguna actividad divertida que capture su interés, como señalar algo interesante alrededor o iniciar una conversación sobre algo que le gusta. Esto puede ayudar a que el niño olvide la situación que desencadenó el berrinche y se concentre en algo positivo.
El objetivo no es ignorar sus sentimientos, sino darle una opción alternativa para canalizar su energía emocional. Este enfoque también funciona bien en espacios públicos donde puedes aprovechar el entorno para atraer su atención y calmarlo.
7. Practicar Técnicas de Respiración o Calma
Incluso los niños pequeños pueden beneficiarse de las técnicas de respiración. Enséñale a tu hijo a tomar respiraciones profundas cuando empiece a sentirse frustrado. Puedes guiarlo contándole que una respiración profunda lo hará sentir mejor, y practicar juntos contando lentamente hasta cinco mientras respiran.
Estas técnicas no solo ayudan a calmar a los niños en el momento del berrinche, sino que también les enseñan habilidades que podrán utilizar a lo largo de su vida para manejar sus emociones. La respiración profunda es una herramienta simple y efectiva que les ayuda a encontrar calma y sentirse en control.
8. Reconocer los Logros y Celebrar la Calma
Si el niño logra calmarse o expresar sus sentimientos sin recurrir a un berrinche, es importante reconocer su esfuerzo. Comentarios como “Me gusta cómo pudiste hablar de tus sentimientos” o “Estoy muy orgulloso de cómo te calmaste” refuerzan las conductas positivas. Estos mensajes no solo fortalecen el vínculo, sino que también enseñan al niño que el autocontrol es algo valioso y digno de reconocimiento.
Celebrar estos logros también motiva al niño a seguir buscando maneras positivas de expresar sus emociones, promoviendo una mayor resiliencia emocional.
9. Reflexionar Juntos Después del Episodio
Una vez que el berrinche ha terminado y ambos están calmados, reflexionar sobre el episodio es una oportunidad de aprendizaje. Puedes hablar con el niño sobre lo que ocurrió, cómo se sintió y qué podría hacer la próxima vez para manejar sus emociones de otra manera.
Este tipo de conversación le permite al niño tomar conciencia de sus emociones y de cómo su comportamiento impacta en los demás. Además, le enseña a identificar y comprender sus sentimientos, algo que será útil en futuros episodios.
Lidiar con berrinches en público de forma saludable no solo ayuda a mantener la paz en situaciones difíciles, sino que también ofrece una oportunidad valiosa para enseñar habilidades emocionales. Ser un modelo de autocontrol, validar los sentimientos del niño y ofrecerle alternativas para expresar su frustración son estrategias fundamentales. A medida que el niño aprende a manejar sus emociones de manera más efectiva, los berrinches disminuirán y ambos disfrutarán de una relación más armoniosa y equilibrada.