Una de las mayores problemáticas que surgen sobre el entrenamiento de los bebés tiene que ver con el tema del sueño. Es agotador para los adultos el prescindir noches de descanso, por lo que enfocan en criarlos para que aprendan a dormir muchas horas, independientemente de las actividades que les conlleve lograr su objetivo.
Antiguamente se usaba una crianza mucho más autoritaria, en donde los padres dejaban que el bebé llore a la noche hasta que aprendiese a dormir solo. Ahora bien, con el tiempo eso pasó y ahora se usa una mucho más tranquila, en donde los padres priorizan mucho más la forma en la que el niño se siente más que en los objetivos.
A pesar de que el foco de todo sea el entrenamiento de los niños, no cabe ninguna duda que en ambos estados del tiempo hubo muchas creencias y falsos mitos acerca del sueño de los pequeños, y qué es lo que verdaderamente sienten cuando están pasando por esas épocas de arduos entrenamientos.
En este artículo de detallan cinco falsas creencias que hay alrededor de la problemática del sueño, para que los padres tengan más en claro cuáles son las cuestiones que deben priorizar a la hora de entrenar a los chicos.
5 MITOS ACERCA DEL SUEÑO EN LOS BEBÉS
1. El entrenamiento del sueño es cruel y traumatizante para el bebé
Una de las creencias más extendidas es que el entrenamiento es una forma de abandono emocional y puede traumatizar al bebé. Sin embargo, muchos métodos de entrenamiento del sueño son suaves y graduales, diseñados para que el bebé se adapte sin estrés significativo. Métodos como el de “Ferber” o el de “Camping Out” permiten una presencia gradual y reconfortante de los padres, ayudando al bebé a aprender a dormir por sí mismo de manera segura y tranquila.
2. El entrenamiento del sueño significa dejar llorar al bebé sin consuelo
Otra creencia es que el entrenamiento del sueño implica necesariamente dejar al bebé llorar durante largos periodos sin consuelo (conocido como “extinción total” o “Cry It Out”). En realidad, hay diversas técnicas de entrenamiento del sueño, muchas de las cuales no requieren dejar llorar al bebé sin consuelo. Métodos como el “Ferber” o “Check-and-Console” implican consolar al bebé a intervalos regulares, lo que puede ser menos estresante tanto para el bebé como para los padres.
3. El entrenamiento del sueño no funciona y es una pérdida de tiempo
Algunas personas creen que el entrenamiento del sueño es ineficaz y no vale la pena intentarlo. Sin embargo, numerosos estudios y experiencias de padres sugieren que el entrenamiento del sueño puede ser muy efectivo. Con consistencia y paciencia, muchos bebés aprenden a dormirse solos y a dormir por períodos más largos, lo que mejora tanto su bienestar como el de sus padres.
4. Todos los métodos de entrenamiento del sueño son iguales
Es un error pensar que todas las técnicas de entrenamiento del sueño son iguales y que se adaptan a cualquier familia. Existen numerosos métodos, desde el “Ferber” hasta el “No-Tears” o “Attachment Parenting”. Cada familia y bebé es diferente, por lo que es importante encontrar un método que se ajuste a las necesidades y preferencias individuales. Algunas familias pueden preferir métodos más suaves y graduales, mientras que otras pueden optar por enfoques más estructurados.
5. El entrenamiento del sueño debe iniciarse a una edad específica
Muchos creen que el entrenamiento del sueño debe comenzar a una edad exacta, como a los seis meses. En realidad, no hay una edad universalmente correcta para comenzar el entrenamiento del sueño. Algunos expertos sugieren que puede ser beneficioso empezar alrededor de los cuatro a seis meses, cuando los bebés empiezan a desarrollar patrones de sueño más regulares, pero cada bebé es diferente. Lo más importante es observar las señales de desarrollo del bebé y elegir el momento que mejor se adapte a su crecimiento y a la situación familiar.
Junto a esta información también se puede exponer algunos métodos que se aplican a la hora de entrenarlos. Como se mencionó anteriormente, uno de los enfoques más comunes es el método de “Ferber”, que implica dejar llorar al bebé durante intervalos de tiempo cada vez más largos antes de consolarlo. Este método se basa en la idea de enseñar al bebé a calmarse y conciliar el sueño por sí mismo. Otro método popular es el de “No-Tears” o “sin lágrimas”, que se centra en la comodidad y la seguridad del bebé durante el proceso de entrenamiento del sueño, evitando dejarlo llorar solo por períodos prolongados.
Como se explica, ninguno de ellos implica dejar al pequeño solo en su cuarto, con la luz apagada, durante toda la noche llorando. La idea es poder mediar la forma en la que se calma a los pequeños con el fin de que puedan conciliarlo por sí solos. Y es que ese el verdadero entrenamiento: enseñarles a calmarse solos, más que forzarlos a dormirse.