Llega el momento durante la crianza de todo bebé en que hay que darle de comer alimentos que pueden ser alérgenos. Indudablemente, los padres tienen mucho miedo de que ellos desarrollen alguna reacción que termine con el pequeño internado, o en condiciones de salud muy mala. Sin embargo, es un proceso que hay que hacer para garantizar su bienestar en el futuro.
Los expertos en la materia aseguran que hay formas en la que los padres pueden familiarizar a los pequeños con estas comidas, las cuales aseguran el bienestar del pequeño en todo momento. En este artículo se detallan esas cuestiones que tienen que ser tomadas en cuenta a la hora de poder ejecutar esta introducción.
5 CONSEJOS A LA HORA DE INTRODUCIR ALIMENTOS ALÉRGENOS
1. Identificar que alimentos se le darán al pequeño: diferentes organizaciones, entre ellas la FDA de Estados Unidos, arman listas sobre los alimentos que generan alergias de forma más corriente. Es por eso que ellos recomiendan comenzar con la introducción de estos alérgenos, y después pasar a otros que sean menos conocidos. Los más comunes son huevos, leche, pescado, marisco, frutos secos, maní, trigo, sésamo y soja.
2. Cómo introducir estos alimentos: antes, la FDA aseguraba que lo mejor era esperar hasta que el bebé tenga 3 años para probar estas comidas. Sin embargo, esta información se desmintió. Ahora lo ideal es introducirlos cuánto antes a la dieta, para que el bebé pueda ir desarrollando la prevención de la misma cuánto antes. De hecho, se comprobó que darles los alérgenos de más chico ayuda a prevenir las alergias, que si se lo dan de más grande.
3. Introducirlos los alérgenos de a uno: Para ayudar a identificar las causas de cualquier posible reacción, hay que introducir cada alimento alergénico en la dieta de forma individual y no como parte de una receta o en forma de producto preparado y envasado para la venta.
4. Introducir los alérgenos por la mañana y en la casa: es fundamental vigilar al bebé para detectar los posibles síntomas de alergias alimentarias tras el consumo del alimento en cuestión. Se recomienda que los alimentos se incorporen a la dieta en periodos en los que pueda cuidar al bebé con mayor facilidad e intervenir en caso de que resulte necesario. Un momento ideal es poco después de que el niño se despierte por la mañana; lo adecuado es llevar a cabo el proceso en casa en lugar de en una guardería o un restaurante.
5. Seguir dándole los alimentos si no hay reacción: si el niño no tiene ninguna reacción a un alimento alergénico, hay que continuar incluyéndolos en su dieta regular al menos tres veces a la semana. Aunque los expertos no determinaron un plazo concreto durante el cual se debe seguir esta metodología, es importante mantener los alérgenos alimentarios como parte de una dieta saludable y equilibrada para conservar los niveles de tolerancia a los alérgenos del niño.