La crianza de los hijos es una de las experiencias más gratificantes y desafiantes que enfrentan las parejas. Ante la llegada de un nuevo miembro a la familia, surgen diferentes puntos de vista y enfoques sobre cómo criar y educar a los hijos. Es esencial que las parejas establezcan un entendimiento común y acuerdos sólidos en cinco puntos clave para criar a los hijos de manera efectiva y coherente.
Expertos en parejas y en educación infantil concuerdan en que no es una cuestión sencilla llevar a cabo la crianza de los hijos. Y esta se complica aún más cuando cada uno de ellos viene de entornos diferentes, con tipos de padres distintos. Cada persona siempre tratará de replicar lo que aprendió en su hogar, para luego traspolarlo a sus hijos.
Debido a que es en este momento en donde se pueden generar los roces, es fundamental tener una charla de pareja y establecer los límites que se van a colocar a la hora de criarlos. Allí se pueden plantear las expectativas y los objetivos que quieren que los pequeños tengan, para que más tarde el camino para su concreción sea fácil y sencillo.
En este artículo se exponen los pilares esenciales que toda pareja tiene que ponerse de acuerdo para llevar a cabo la crianza, y justamente constituyen los cinco ejes centrales de la vida de cada hijo. Si no hay acuerdo en estos espacios, el ambiente en el hogar va a ser tenso y complicado.
LOS 5 PUNTOS DE CRIANZA EN LOS QUE UNA PAREJA SE TIENE QUE PONER DE ACUERDO
1. Disciplina: uno de los puntos más críticos en la crianza de los hijos es la disciplina. La forma en que los padres abordan el comportamiento inapropiado y enseñan valores y límites a sus hijos tiene un impacto significativo en su desarrollo. Es fundamental que las parejas establezcan una estrategia de disciplina coherente y consistente. Esto implica acordar qué comportamientos son aceptables e inaceptables, así como los métodos de corrección que utilizarán.
La forma en la que se entiende a la disciplina es lo que diversifica los diferentes tipos de crianza que hay, siendo algunas más aduladoras y otras más estrictas. Ambos padres tienen que estar de acuerdo en la forma en la que se la llevará a cabo. Algunas parejas pueden optar por un enfoque más autoritario, mientras que otras prefieren métodos más democráticos o de crianza positiva. Lo importante es que ambas partes estén de acuerdo y se apoyen mutuamente en la implementación de la disciplina, evitando conflictos y confusiones para el niño.
2. Educación: otro punto crucial en el que las parejas deben ponerse de acuerdo es en la educación de sus hijos. Esto incluye decisiones sobre la escolarización, la participación en actividades extracurriculares y la importancia que se le da al aprendizaje en el hogar. Las diferencias en los enfoques educativos pueden surgir debido a experiencias pasadas, creencias culturales o expectativas individuales. En paralelo, algo que les juega en contra al acuerdo de pareja es que hay mucha oferta de escuelas, cada una con un enfoque diferente de educación. Es esencial que las parejas se comuniquen abierta y honestamente sobre sus visiones y prioridades educativas y busquen compromisos que beneficien el desarrollo integral del niño.
3. Alimentación: la alimentación es otro aspecto crucial en la crianza de los hijos en el que las parejas deben ponerse de acuerdo. Decidir qué alimentos proporcionar a los niños, establecer hábitos alimenticios saludables y manejar posibles alergias o restricciones dietéticas son temas importantes que requieren consenso. Es fundamental que los padres trabajen juntos para ofrecer una dieta equilibrada y nutritiva que promueva el crecimiento y el bienestar de sus hijos.
Además, es importante que las parejas estén en sintonía en cuanto a la forma de abordar los desafíos comunes relacionados con la alimentación, como la resistencia a ciertos alimentos o los caprichos alimenticios. Son miles las parejas que poseen diferencias en la forma en la que comen, siendo que uno de ellos puede ser carnívoro, mientras que el otro prefiere una alimentación vegetariana. Eso genera muchas rispideces en la forma en la que la comida ingresa a la vida del pequeño, ya que suele ser motivo de conflicto. El acercamiento a la comida y a una relación saludable con la misma es fundamental para la crianza, especialmente cuando son adolescentes.
4. Rutina: establecer una rutina consistente es fundamental para brindar estabilidad y seguridad a los niños. Las rutinas ayudan a los niños a sentirse seguros y predecibles en su entorno, lo que puede contribuir a un mejor comportamiento y desarrollo emocional. Las parejas deben ponerse de acuerdo en horarios para comer, dormir, jugar y realizar otras actividades diarias. Esto incluye establecer límites en cuanto al tiempo de pantalla y garantizar tiempo suficiente para actividades al aire libre y sociales. Al trabajar juntos para establecer y mantener una rutina coherente, las parejas pueden crear un ambiente hogareño que promueva el bienestar y el desarrollo óptimo de sus hijos.
5. Comunicación: una comunicación efectiva entre los padres es fundamental para una crianza exitosa. Las parejas deben estar abiertas a discutir cualquier problema o preocupación relacionada con sus hijos y trabajar juntos para encontrar soluciones. Esto implica escuchar activamente las opiniones del otro, ser respetuoso en la comunicación y resolver los conflictos de manera constructiva. La comunicación abierta y honesta también es importante cuando se trata de establecer expectativas claras y transmitir valores y creencias familiares a los niños. Al mantener líneas de comunicación abiertas y trabajar juntos como equipo, las parejas pueden enfrentar los desafíos de la crianza de los hijos de manera más efectiva y fortalecer su relación en el proceso.
En otras palabras y a modo de cierre, la crianza de los hijos presenta una serie de desafíos que requieren colaboración y compromiso por parte de las parejas. Al ponerse de acuerdo en cinco puntos clave, las parejas pueden establecer una base sólida para criar a sus hijos de manera efectiva y coherente. Es fundamental que trabajen juntas como equipo, respetando las diferencias individuales y buscando compromisos que beneficien el bienestar y el desarrollo de sus hijos. Al hacerlo, pueden crear un ambiente hogareño amoroso y de apoyo que fomente el crecimiento y la felicidad de toda la familia.