En la vorágine diaria de responsabilidades y compromisos que enfrentan las madres ocupadas, a menudo se encuentran relegadas a un segundo plano cuando se trata de cuidar de sí mismas. Sin embargo, es fundamental recordar que el cuidado personal no es un lujo, sino una necesidad para mantener una salud mental y física óptima.
No hay forma de que las madres puedan encargarse de sus hijos, del trabajo, y hasta de los quehaceres en el hogar sino cuentan con un poco de tiempo para cuidar de ellas mismas. Esta guía está diseñada para ofrecer a las madres ocupadas estrategias realistas para incorporar el autocuidado en sus agitadas vidas.
GUÍA BÁSICA DE CUIDADO PARA MADRES
1. PRIORIDADES CLARAS: el primer paso para las madres ocupadas es establecer prioridades claras. Es vital reconocer que el autocuidado no es egoísta, sino esencial para poder cuidar adecuadamente de los demás. No solo consiste en establecer límites en cuanto a actividades para hacer, sino a decidir qué tiempo se le destina al trabajo, cuál a los hijos y cuál al hogar.
2. GESTIÓN DEL TIEMPO: organizar un horario que incluya momentos dedicados al cuidado personal puede marcar la diferencia. Se puede dedicar un momento del día a leer un libro, a hacer ejercicio, meditar, cuidar del pelo o hacer una limpieza facial. No importa cuál sea la actividad, mientras sea destinada a la madre.
3. INCORPORAR EL EJERCICIO: la actividad física es fundamental para la salud general. Se puede arrancar haciendo pequeñas jornadas de ejercicio, ya sea caminando, trotando o yendo al gimnasio. A medida que más se realice, más probable es que se convierta en rutina y que quede como algo fijo.
5. GARANTIZAR UN BUEN DESCANSO: el sueño es un componente crucial del cuidado personal. Las madres a menudo sacrifican horas de sueño para cumplir con sus múltiples roles, pero esto puede tener consecuencias graves para la salud. Más que cualquier otra cosa hay que priorizar un buen descanso, más si hay chicos pequeños en la familia que requieran mucha atención.
7. FOMENTAR EL APOYO SOCIAL: buscar y aceptar ayuda es fundamental. Ya sea delegar tareas domésticas, compartir responsabilidades con la pareja o conectarse con otras madres en situaciones similares, el apoyo social puede aliviar la carga emocional y proporcionar perspectivas valiosas.
Convertirse en madre rearma por completo la lista de prioridades de una mujer. Lo más importante ya no es su propio beneficio, ni mucho menos el trabajo. Lo más esencial termina siendo la casa, o la pareja y más tarde los hijos. Es por eso que muchas terminan con mucho estrés y sobrecarga, al dejarse de lado por completo.
Garantizar un momento del día para una misma es una de las cosas más valiosas que podemos hacer por nosotras, y es algo que a largo plazo va a ser agradecido. Esto se refuerza cuando hay niños pequeños en la familia, que muchas veces terminan ocupando más a la madre que un hijo un poco más mayor. En otras palabras, no importa a qué se destine el momento de aislamiento, siempre y cuando sea para una misma.