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Natalia Oreiro contó las claves que tiene en cuenta en la crianza de su hijo

Natalia Oreiro reveló que lleva a cabo algunas prácticas inusuales para ejecutar la crianza de Atahualpa.
Natalia Oreiro

Sin dudas que hay mucha intriga acerca de los métodos de crianza que llevan a cabo algunos famosos, y una que no quedó por fuera de esto es Natalia Oreiro. La cantante y actriz uruguaya reveló que prioriza algunas cuestiones inusuales en la formación que la da a su hijo Merlín Atahualpa, que tuvo con el cantante de Divididos, Mollo.

La artista confesó que la maternidad nunca fue algo que anheló como para sentirse de alguna forma completa, pero sí es algo que le cambió totalmente la vida. Al tenerlo, ella comprendió que no podía seguir con el mismo estilo de vida que solía tener, por lo que realizó algunos cambios esenciales que le permitieron llevar el estilo de crianza que hoy tiene.

El pequeño tiene hoy 11 años y él prefirió que se dirijan a él por su segundo nombre, o bien por el sobrenombre Ata. Antes de pasar a detallar las cuestiones privadas sobre la peculiar forma en la que lo están criando, la familia optó por vender la gran casa que tenían en Palermo para mudarse a una estancia en las afueras de Buenos Aires, con el fin de asentar la familia en un entorno verde.

LAS CLAVES DE NATALIA OREIRO PARA CRIAR A ATAHUALPA

A diferencia de muchos chicos de su edad, el niño se cría alejado de cualquier tipo de pantalla. Con una forma bien típica del pasado, los padres consideraron que los chicos no necesitan ser sometidos al nivel de exposición que tiene la tecnología, por lo que optaron por mantenerlo seguro de ellas, a la vez que lo incentivan a entretenerse con otro tipo de prácticas.

“Nosotros no sabíamos, cómo la mayoría de los padres, pero la vida te va llevando a informarte. Todos los pibes tienen tablet, celular, están pegados a la tele, es la época. Y cuando empezás a investigar, te das cuenta de que lo mejor es tratar de que las eviten cuanto antes”, insistió Natalia Oreiro.

De esa forma, la mujer sentencia que se de esa forma los chicos “van a encontrarse con la posibilidad de disfrutar otras cosas. Lógico, ven la luz de la pantalla y se quedan pegados, activos, con las pupilas dilatadas. ¿Y qué hacen luego con tanta información, con semejante dosis de adrenalina que reciben? Bueno, cuando todo eso no está, aparecen otras cosas relacionadas a lo manual, con el espacio natural, con juegos y con lecturas”.

Los padres del niño lo sumergieron rápidamente en la vida artística y es por eso que prefieren dejarlo alejado del mundo de la tecnología, más que nada para que priorice su crecimiento por fuera de las fuertes influencias que tienen las pantallas. Es así como adquirió una sensibilidad mucho mayor que otros chicos de su edad.

Otra cuestión peculiar es la dieta que tiene el pequeño, la cual queda exenta de carnes animales, salvo del pescado. El motivo es porque su madre es vegetariana hace quince años, y una fanática por la comida saludable. Desde que era bien bebé ella lo introdujo a una alimentación basada en comidas enteras, llenas de nutrientes y excelentes para el organismo.

Debido a que está en edad de crecimiento, es muy complicado ya inculcarle una alimentación solamente basada en plantas. No obstante, sin dudas que es uno de los objetivos que tiene la familia, con el fin de que todos los integrantes puedan comer el mismo tipo de comida. “Él come pescado diariamente; yo no como ningún tipo de carne, y el papá, a veces sí. Durante el embarazo tomé unas pastillas que tenían aceite de bacalao, y en la lactancia también, porque es muy importante…”, añadió.

Tampoco lo eximen que pruebe todas las comidas por las que él siente deseo.  Ella contó una anécdota en la que él volvió de un cumpleaños y contó que había comido lechón. Es propio de la edad el querer explorar nuevos sabores, pero ellos continúan explicándole todo acerca de cómo funciona la empresa y cómo funciona la producción de la carne.

Como se mencionó anteriormente, las ganas de convertirse en madre nunca fue algo que estuvo muy presente en su cabeza. De hecho, es algo que le surgió ya de grande, y una vez que optó por quedar embarazada. Durante sus años de juventud ella siempre priorizó el crecimiento de su carrera y el poder alcanzar sus sueños personales.

“De hecho, durante bastante tiempo pensé que, por elección, no iba a ser madre, y que mis padres lo habían asumido. . Para mí es genial tener ganas de ser mamá y que no se trate de una imposición social o familiar. Yo siento que soy una mejor persona a partir de mi hijo, ¡pero yo tenía una buena vida!, Ata no me vino a completar. Si no hubiera sido deseado, con el tipo de recorrido que llevo, no hubiese estado tan bueno”, expresó.

Con todas estas cuestiones en mente, Natalia Oreiro asegura que la personalidad de su hijo es perfecta para ellos y no podrían estar más orgullosos de él. “Tiene paz, claridad. No como yo cuando era chica: siempre extravertida, movediza, mis padres no podían ir a ningún lado conmigo porque tiraba y rompía todo. Ata es un pequeño budita, de gran vida interior. No le importa tanto la mirada del otro o si le dicen algo. Además, siento que, ante todo, es un chico feliz”, concluyó.

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