Ya pasó el momento estresante del parto, y las madres tienen a sus bebés con ellas en sus hogares. Si bien ya comienza la etapa más linda, lo cierto es que el cuerpo quedó muy dañado y tiene algunos cambios que es clave poder conocer para no tener sorpresas en el futuro. Muchas de ellas no saben si lo que sienten es normal, o si deberían estar en otro tipo de forma.
La realidad es que todos los cuerpos son diferentes, y es cierto que hay algunas madres que se recuperan del parto de forma mucho más rápido que otras. Sin embargo, la lentitud o el tiempo que tarda el cuerpo en volver a su estado natural no es un determinante de salud, o de si la mujer está en un proceso correcto de sanación.
Antes de pasar a detallar cuáles son los cambios físicos a los que se enfrentan todas las mujeres durante el postparto, es clave entender qué se puede hacer para remediarlos. En primera instancia, es fundamental entender que no hay que tomarse las cosas con apuro. El aspecto físico debería ser la última preocupación de una mujer recién convertida en madre, cuya prioridad es conocer a su bebé, garantizar su bienestar y en formar un vínculo con el pequeño.
Una vez que eso ya esté bien aceitado y estructurado, se podría entonces poner el cuerpo en proceso de recuperación. Lo primero es evitar hacer ejercicio de forma prematura, ya que primero deben sanar las heridas del cuerpo (más si se tuvo al bebé por cesárea) para luego ejercitar el mismo. Se estima que desde el momento del parto, hay que esperar alrededor de ocho a diez semanas antes de volver a poder a hacer ejercicio.
Mientras se espera el alta, las madres pueden comer de forma saludable, priorizando una buena ingesta de proteína y alimentos bajos en grasas. Es clave no dejar de lado los carbohidratos, porque al estar amamantando y al cuidar de un bebé es priomordial tener una buena fuente de energía que pueda dar de comer al cuerpo cuando necesite acción.
Las caminatas son una gran aliada de las madres en proceso de recomposición corporal, ya que es un ejercicio de bajo impacto que puede ser realizado junto con los bebés. Colocar al pequeño en el cochecito y salir a caminar de forma activa puede ser una gran actividad para ellas, sin generar estrés por demás.
Entendiendo las actividades que se pueden hacer – comer saludable, caminar y descansar – se puede pasar a detallar cuáles son todos esos nuevos aspectos del cuerpo de una mujer que acaba de transitar un parto, para que ella sepa a qué se enfrenta. De esa forma se evitan sorpresas y estrés de cuestiones que son de lo más normales.
CAMBIOS QUE SUFRE EL CUERPO TRAS EL PARTO
1. Senos sensibles y dolorosos al contacto: cuando la producción de leche aumenta, es posible experimentar congestión mamaria que cause dolor durante varios días consecutivos, y es probable que también se sienta molestia o dolor en los pezones.
2. Dificultades intestinales: después del parto, es normal que pasen varios días antes de tener movimientos intestinales regulares. Lo mejor que se puede hacer es comer alimentos altos en fibras para ayudar al cuerpo a recuperar su movimiento natural.
3. Recuperación de las heridas: si hubo desgarro perineal o si se realizó una episiotomía durante el parto, los puntos de sutura pueden causar molestias al caminar o sentarse hasta que sanen. También puede sentir dolor al toser o estornudar durante la recuperación. Es clave tomarse las cosas con calma y pedir ayuda para moverse.
4. Hemorroides: aunque son comunes, las hemorroides, es decir las venas hinchadas en el recto, son algo que se espera en el posparto. Eso se debe a la fuerza que se hace al momento de pujar, que puede generar esas ruturas.
5. Sofocos y escalofríos: los cambios hormonales y el aumento del flujo sanguíneo pueden afectar la regulación térmica interna del cuerpo. Con el tiempo las mismas vuelven a su estado natural, por lo que no debería ser de mayor preocupación.
6. Incontinencia urinaria y/o fecal: la distensión muscular durante el parto puede causar pérdidas de orina al toser, reír o esforzarse, y puede dificultar el control intestinal, especialmente después de un parto vaginal prolongado.
7. Contracciones uterinas: después del parto, el útero continuará contrayéndose durante varios días. Estas contracciones pueden sentirse más intensamente durante la lactancia o si se están tomando medicamentos para controlar el sangrado vaginal. Esto generalmente sucede a los pocos días de dar a luz, luego deberían desaparecer.
8. Flujo vaginal (loquios): al principio, el flujo será más abundante que la menstruación y puede contener coágulos sanguíneos. Con el tiempo, se volverá más claro, cambiando de blanco a amarillento antes de desaparecer por completo en varias semanas.
9. Pérdida de peso: después del parto, es normal perder alrededor de 5 a 6 kilos, que corresponde al peso del bebé, la placenta y el líquido amniótico. El peso adicional debido a la retención de líquidos disminuirá durante la primera semana a medida que el cuerpo recupere su equilibrio natural.
Estos son algunos de los cambios o sensaciones físicas a los que se enfrenta una madre cuando recién acaba de pasar por un momento de parto. A pesar de ser numerosas, lo cierto es que las cuestiones emocionales suelen ser las que más estrés le pueden generar. La depresión pos parto es una de las problemáticas más frecuentes a las que se enfrentan miles de mujeres, y no es tan hablada como debería.
Muchas de ellas se sienten incomprendidas y solas, a la vez que no saben cómo manejar el hecho de haberse convertido en madres. Son miles los expertos que hablan del tema y brindan consejos para ayudarlas, pero lo cierto es que no hay mucha información al respecto, sobre cómo tratarlas y de qué forma poder salir de ese oscuro camino.