¿Límites sin castigo? 5 claves de la crianza respetuosa

crianza respetuosa, madre e hijo

Educar a nuestros hijos por medio de una crianza respetuosa les dará herramientas emocionales para su autonomía y promoverá la toma de decisiones conscientes.

Estas herramientas los acompañarán tanto en su niñez, como en la vida adulta, ya que los niños necesitan y buscan límites para conocer el mundo.

Lejos de las antiguas prácticas violentas, la paternidad positiva llega para derribar el mito de que mediante el castigo físico los chicos aprenden límites. El resultado no es favorable a largo plazo y pueden llegar a generar microtraumas en el futuro.

Por eso, esta forma respetuosa de educar y criar es la más elegida por los padres modernos que buscan corregir comportamientos o educar a sus hijos de la mejor manera posible.

Sin dudas, establecer límites a nuestros hijos es una de las tareas más difíciles. Sabemos lo necesarios que son, pero no queremos excedernos o ser muy permisivos.

Las 5 claves fundamentales para una crianza respetuosa

1. Límites sencillos y específicos

Los límites deben ser sencillos, específicos y conocidos por los niños. Por eso, es importante dialogar de manera simple con nuestros hijos para lograr una comprensión y no llenarlos de información. Por otro lado, es ideal que estos límites sean compartidos por todos los miembros de la familia, ya que sus padres son sus mayores referentes y los niños seguirán su ejemplo.

2. La libertad implica responsabilidad

Es muy importante enseñar a los niños que la libertad implica que tienen que ser responsables de sus actos y comportamientos. En otras palabras, es fundamental educar desde la reflexión para que puedan asumir las decisiones que están tomando en ese momento.

3. Transmitir respeto hacia los demás y hacia uno mismo

Cuando ponemos límites, estos deben contemplar las necesidades primarias de los chicos. Es decir, hay que ser conscientes de que a veces no corresponden con nuestras necesidades de adultos.

4. Negociar y llegar a acuerdos

Los límites, salvo los que no se discutan, son cambiantes en función de las necesidades familiares y la edad. Puede que los tengamos que repetir unas cuantas veces ya que los niños son impulsivos y necesitan paciencia para poder interiorizar estos nuevos aprendizajes.

5. Utilizar lenguaje positivo

Por último, es importante utilizar un lenguaje positivo. Es decir, tratar de no incluir negaciones en nuestros pedidos para no ser imperativos. Una buena práctica es incluir una pequeña explicación para que puedan asumir el comportamiento más fácil.

Debemos comprender como padres que es fundamental para nuestros hijos que pongamos ciertos límites. No es necesario castigarlos, con los límites claros podrán entender lo que no deben hacer y, en caso de hacerlo igual, asumir las consecuencias de sus actos.

También es nuestra responsabilidad aprender cómo hacerlo e internalizar la paternidad positiva, más allá de nuestros intereses individuales. Así podrán crecer en un hogar lleno de amor, enseñanza y una crianza respetuosa y positiva.

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