El videojuego Fortnite ha tomado mayor popularidad entre los adolescentes y jóvenes de la sociedad en los últimos años, estableciéndose como uno de los más jugados por los usuarios.
Este juego reúne hasta a 100 personas por partida localizados en un mapa en donde deben matar a los demás jugadores y competir para ser el último en quedar de pie.
El videojuego suele ser una preocupación para los padres y madres de niños y adolescentes que lo juegan, pues el aislamiento que genera y la violencia que implica el juego no es amigable en apariencia. Es normal que exista este prejuicio, y por esto es importante que tanto padres y madres se involucren en el tema y sepan de qué trata el popular juego.
Una investigación conjunta binacional, llevada adelante por referentes de la Facultad de Comunicación y del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral (Argentina) y del Instituto de Familia de la Universidad de los Andes (Chile) indagó en la influencia de Fortnite en las dinámicas cotidianas de las familias.
Para sorpresa de muchos, el estudio demostró que este juego en específico les permite a niños y adolescentes establecer vínculos con otros, muchas veces con sus propios amigos del colegio o del club, y otras, con jugadores que conocen dentro del videojuego.
Uno de los resultados del estudio contradice con argumentos la mirada negativa que tienen los padres en relación a este juego. Destaca que las principales preocupaciones suelen tenerla aquellos que conocen superficialmente el videojuego y los mitos que se crean alrededor de este. Las preocupaciones se concentran en la posible adicción que genera, la violencia del juego y el contacto con desconocidos.
¿Cuáles son los mitos alrededor del Fortnite?
Te contamos un poco más sobre los prejuicios alrededor del Fortnite:
“El videojuego genera violencia en los niños”
El grado de realismo que involucra el Fortnite muchas veces lleva a los padres a preocuparse por la violencia que este implica. Sin embargo, no existen estudios que establezcan correlaciones significativas entre la supuesta violencia de sus contenidos y las manifestaciones concretas de violencia de los jugadores en otros ámbitos de su vida.
“El contacto con desconocidos es peligroso”
A todos los padres les asusta que su hijo esté en contacto con alguien que no conoce. Hoy en día aún más, ya que desde los distintos dispositivos móviles los niños pueden chatear con desconocidos y los padres muchas veces no tienen forma de saber con quién conversan ni de qué. En el caso del Fortnite, las conversaciones no se trasladan a otro lugar que fuera de la consola, ya que el juego no brinda la posibilidad de tener conversaciones privadas con otros usuarios y la conversación se limita al transcurso del juego. Además, muchas veces los niños simplemente están jugando con los compañeros del colegio o del barrio.
“El videojuego aísla al niño de su entorno”
El videojuego ofrece una experiencia inmersiva que exige un alto grado de concentración para jugar con otros. Para los padres, ver en soledad frente a la pantalla a un hijo suele ser motivo de preocupación.
Sin embargo, el Fortnite ofrece una experiencia social virtual en la que ponen en marcha estrategias colaborativas de juego y desarrollan habilidades sociales para jugar en equipo. Incluso, algunos niños reconocen que desarrollan habilidades cognitivas y de autorregulación.
Es importante plantear la necesidad de promover el diálogo intergeneracional sobre Fortnite y el resto de las prácticas o consumos culturales digitales de los niños, niñas y adolescentes, ya que desde el lugar de los padres suele haber un prejuicio y una mirada crítica en relación a los videojuegos, en lugar de tener la mirada centrada en el niño y su interés y visión respecto a lo que les gusta hacer.
Asimismo, es clave cultivar un clima de confianza y apertura con los hijos. Esto les permitirá conocer qué juegos disfrutan y con quiénes se conectan, y felicitarlos cuando obtengan un logro significativo.