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5 Mitos sobre la vacunación 

Aunque las vacunas no son obligatorias, su importancia para el cuidado de la salud no puede ser subestimada. Hay muchos mitos sobre ellas y se deben desmentir. Es crucial recordar que las vacunas salvan millones de vidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza la importancia de vacunar a los niños en todo el mundo para prevenir la propagación de enfermedades.

Mito 1: Las mejoras higiénicas eliminan la exposición a enfermedades infecciosas. Esto es falso. Aunque las medidas de higiene ayudan a controlar la propagación de enfermedades, no son suficientes para prevenir su transmisión. Además, algunas consideradas eliminadas podrían reaparecer rápidamente sin la vacunación adecuada, como la polio o el sarampión.

Mito 2: No es necesario vacunarse contra enfermedades eliminadas. Falso. Aunque los programas de vacunación han reducido la incidencia de muchas enfermedades, los agentes infecciosos que las causan aún circulan y pueden cruzar fronteras. Si las tasas de vacunación disminuyen en un país, estos microorganismos pueden propagarse fácilmente.

Mito 3: Las vacunas pueden causar efectos adversos, incluso la muerte. Esto es falso. Los ensayos clínicos de las vacunas utilizan muestras más amplias y rigurosos controles de seguridad que los fármacos. Las reacciones a estas suelen ser leves y no suelen producir efectos secundarios graves.  

Mito 4: Padecer la enfermedad es la mejor forma de inmunizarse. Otro de los tantos mitos. Si bien las vacunas desencadenan una respuesta similar a la infección natural en el sistema inmunológico, no conlleva riesgos y evita los síntomas y las graves consecuencias que pueden poner en peligro la vida.

Mito 5: Las vacunas contienen mercurio, que es peligroso. Esto es falso en su mayoría. Actualmente, pocas vacunas contienen tiomersal, un compuesto que contiene mercurio utilizado como conservante. Sin embargo, no hay evidencia científica que sugiera que la cantidad de mercurio en las vacunas representa un riesgo. Además, la exposición al elemento también ocurre a través de alimentos como pescado y mariscos.

La decisión de vacunar a nuestros hijos es una responsabilidad crucial para proteger su salud y prevenir la propagación de enfermedades. Es esencial buscar información precisa y confiable, consultando a profesionales de la salud y siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

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