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Mudanza con hijos: ¿qué impacto tiene en ellos?

La mudanza puede ser un momento difícil para los niños, ya que implica cambiar de casa, de colegio y de amigos. Mantener la unidad familiar se vuelve fundamental durante esta transición. Cuando un niño se enfrenta a un traslado de vivienda, puede resultar complicado comprender y adaptarse a la situación, especialmente porque la decisión no suele depender de ellos y su opinión muchas veces no es considerada. Se ven forzados a aceptar un cambio que no quieren, lo cual puede generar confusión en ellos.

Además, los niños tienen un entorno social más limitado, por lo que mudarse implica dejar atrás su zona de confort, separarse de sus amigos y enfrentarse a un nuevo entorno escolar. Esto se vuelve aún más complicado en la adolescencia, cuando los lazos de amistad son más fuertes y pueden surgir primeros amores. Dejar todo eso atrás puede resultar doloroso. 

Otro aspecto a considerar es la posible falta de acuerdo entre los padres respecto a la mudanza, lo cual puede generar conflictos en el ambiente familiar. Esto afecta al niño, confundiendo aún más y dificultando su adaptación a la nueva situación.

Los niños pueden tener diferentes reacciones ante esta noticia, por un lado pueden mostrarse irritables, rebeldes y negativistas. Por otro lado, llorar y experimentar alteraciones en el sueño y el hambre debido al estrés y nerviosismo. Incluso enojarse con sus padres para intentar evitar la mudanza, mostrar regresiones en su comportamiento, volviendo a etapas evolutivas que ya habían superado.

Es importante hacer partícipes a los niños en todo el proceso. Mostrarles fotos de la nueva casa, darles a elegir la decoración o empacar las cosas puede ayudarles a sentirse más cómodos con la idea. También es recomendable preguntarles si quieren un nuevo estilo para su cuarto y, en caso contrario, discutir dónde colocarán cada uno de sus juguetes, por ejemplo. 

Finalmente, mantener la estabilidad familiar es imprescindible. Pasar tiempo en familia, fortalecer los lazos afectivos y realizar actividades juntos puede ayudar a los niños a sentirse más cómodos, apoyados y seguros. 

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